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  • Kacarea

¿Cómo encontrar la musa inspiradora?


Inspiración:

Nombre femenino

  1. Estímulo o lucidez repentina que siente una persona y que favorece la creatividad, la búsqueda de soluciones a un problema, la concepción de ideas que permiten emprender un proyecto, etc., especialmente la que siente el artista y que impulsa la creación de obras de arte.

  2. Persona o cosa que favorece o estimula la creación artística.

  3. Influencia que determina el estilo, la ideología o el modo de ser de algo, especialmente de una obra de arte u otra creación.

Musa:

Nombre femenino

Inspiración que siente el artista y que estimula o favorece la creación o la composición de obras de arte; esta inspiración suele representarse personificada.

Se habla sobre las diferentes manías, rutinas o rituales que reputados escritores implementaron o utilizan hoy día para ponerse en contacto con su musa interior que los inspire a crear obras que transciendan a través de los tiempos.

A continuación algunas técnicas o manías:

Acostarse: Mark Twain, George Orwell, Edith Wharton, Woody Allen o Marcden Proust; son algunos de los que usaron de este método que consiste en tumbarse por horas en un sofá o cama por horas para ser visitados por las musas.

De pies:Hemingway, Charles Dickens, Virginia Wolf, Lewis Carroll, Phillip Roth y otros. Escribir de pies no solo es favorable para la salud sino el hecho de que acompañaban esta actividad con paseos donde infaliblemente conseguían encontrase con la grata compañía de la musa.

Representar diálogos:Es una técnica utilizada por el guionista Aaron Sorkin creador, «The west wing» conocida en español como «El ala oeste de la Casa Blanca» y «The Social Network». Que consiste en representar los diálogos de sus personajes en voz alta. Esta práctica es realmente interesante pues mientras representas los diálogos, nuevas ideas van fluyendo, es realmente útil.

El cabalista: El rey de las cábalas a la hora de escribir y encontrar su musa era el escritor, Charles Dickens. Quien iniciaba con una serie de rituales específicos:

1* Silencio total en su espacio de trabajo.

2* El escritorio debía estar junto a la ventana.

3* Sobre el escritorio debía encontrarse 7 objetos específicos:

Un jarrón con flores frescas.

Pluma y tarro de tinta.

Abrecartas.

Dos estatuillas de bronce.

Una bandeja con un conejo sobre ella. (No sé si estaría vivo o muerto)

De cabezas: Algo extraña; pero le funciona a Dan Brown, el escritor del best seller «El código Da Vinci». Brown, padece las odiosas migrañas, por lo que acostumbra colgarse de cabezas por sus tobillos además de que esta práctica lo ayuda con su concentración, otra manía es la de parar cada hora para hacer flexiones y llevar la cuenta con un reloj de arenas.

El demoledor: Este método es el de sálvese el que pueda; pero claro, en este particular caso consiste en que después de que el reconocido escritor Arthur Miller, pasaba toda la mañana escribiendo se negaba a releer lo escrito y, sometía su manuscrito a la devastación total destrozando todo al paso de su consideración y lo que lograba sobrevivir el apocalipsis se convertía en material óptimo para su obra.

Estas son solo algunas manías, rituales y rutinas con las que quizás te identifiques o que quizás ya prácticas. No te preocupes, todo genio tiene sus mañas.

Antes de que concluyamos con esta colección quiero aportar te la mía, aún no he escrito una obra maestra; pero uno nunca sabe, quizás te ayude si no tienes ninguna o pienses adquirir alguna. Me armo de mis audífonos, y con una amplia colección de sonidos de lluvia, melodía de piano, flautas, guitarra y hasta viento soplando mágicamente entre los árboles y mi arma secreta el inconfundible sonido de las olas del mar rompiendo contra las rocas, son infalibles para concentrarme y escribir por horas. Una cosa más que me resulta, algo de música pop rock de los ochenta es un buen detonante para mover la inspiración.

Te recomiendo que observes que cosas te funcionan para concentrarte y que consigan mantenerte pegado/a, al ordenador escribiendo por lo menos unas 1,670 a 2,000 palabras al día.

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