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La motivación de un personaje es uno de los elementos fundamentales cuando se escribe una historia. La motivación es relevante siempre, pero en especial cuando se trata del protagonista.
La motivación es lo que hay detrás de cada acción que tu protagonista emprende.
Y su importancia radica en el hecho de que ayuda a que el lector comprenda por qué el personaje hace lo que hace.
Sin la motivación, cualquier narración, sea una novela o un relato, no sería más que la descripción más o menos atractiva de unos hechos. La motivación de los actores de esos hechos es lo que les confiere un significado más profundo. Ese significado es lo que interesa al lector.
Si tus personajes, en especial tu protagonista, no tiene una motivación clara tu historia será plana, inane. El lector no logrará conocer de verdad a tu personaje y, al no comprender qué le impulsa a actuar como actúa, se quedará fuera de la historia.
Por tanto, tienes que dejar claro desde el primer momento qué es lo que empuja cada acto de tu personaje. Cuál es su motivación.
Ahora bien, hay diferentes tipos de motivación que puedes usar para poner en movimiento a tu protagonista. Los vemos.
1. Motivaciones básicas
Supervivencia
¿Se te ocurre una motivación mejor para actuar que el deseo de conservar la vida?
Estar en peligro de muerte (o al menos creer que se está) es uno de los acicates más poderosos. Y como es una situación extrema, puede dar lugar a decisiones también extremas.
Fracaso
Una persona que ha fracasado hará todo lo posible por abandonar esa situación.
Puede ser un fracaso sentimental, económico, laboral o vital. Lo importante es que tu protagonista va a poner en juego todas sus fuerzas para dejar de sentirse fracasado.
Presión
A veces no actuamos por decisión propia, sino impulsados por lo que los demás esperan de nosotros.
La presión es una excelente motivación para hacer moverse a tu protagonista, que intenta no defraudar a sus padres o complacer a un amigo.
Como en el fondo la motivación no parte de él, sino que es impuesta en cierta medida, este tipo de motivación suele dar lugar a conflictos internos muy interesantes.
Curiosidad
La curiosidad es quizá la mejor de las virtudes del ser humano. Es lo que nos ha llevado desde las cavernas a lanzar cohetes espaciales.
Y es un potente motivo para que tu personaje se ponga en marcha. ¿Qué hay más allá de los límites del poblado?, ¿Qué pasa si abro esa puerta? ¿Quién es mi nuevo compañero de trabajo?
Un personaje curioso siempre da juego.
Culpa
La culpa puede actuar también como motivación de tu personaje.
El protagonista ha cometido un acto del que se siente culpable. Ahora, motivado por la culpa, puede tratar de redimirse y enmendar su error. O bien puede tratar de ocultar lo que ha hecho, porque teme las consecuencias. O puede huir, abochornado porque los demás han descubierto su pecado.
Explorar las posibilidades te dará muchas opciones.
Deseo
Desear algo o a alguien siempre es una poderosa razón para actuar.
El protagonista tiene un objetivo, algo que alcanzar, y va a emprender todas las acciones que sean necesarias para lograrlo.
Falta de estabilidad
Este es un elemento fijo en cualquier narración.
Al principio ocurre algo que desestabiliza el mundo del protagonista. Y todo lo que hasta el final emprende el personaje es con el objeto de volver al punto de partida, a una situación previa en la que se sentía cómodo.
Pero además la falta de estabilidad se puede usar a lo largo de toda la novela como motivación. Las cosas tienden a la precariedad una y otra vez y el protagonista trata de enmendarse sin cesar para lograr una posición estable que le permita sentirse seguro.
La próxima semana, continuaremos con la segunda parte de éste interesante artículo.